El desembarco de aplicaciones y webs en el sistema educativo ofreciendo servicios de apuestas y juegos de azar a la juventud adolescente ha generado un rechazo generalizado entre el personal docente de Jávea y un jubilado ocioso necesitado de expresar sus opiniones que pasaba por allí, reaccionando todos ellos con gran desconfianza ante la eficacia pedagógica de estos «valores» pese a la indiscutible garantía de famosos apareciendo en los anuncios de la tele de madrugada.

Los impulsores y simpatizantes de esta reforma educativa creen que las críticas son desproporcionadas y no valoran la diversidad educacional de la propuesta, afirmando que incentivarían las ilusiones de riqueza instantánea de un amplio sector de la población adolescente, cuya máxima ambición hasta la fecha era jugar a «la play» y deglutir bebidas carbonatadas de alto contenido calórico.
Educadores con amplia experiencia en conflictos entre la realidad de los anuncios de apuestas por Internet y la sordidez de ver bajar el saldo de las ganancias junto a banners que exhiben glándulas mamarias, expresan su preocupación porque «bastante tienen con los potingues para el acné y sus atisbos de madurez emergente que no sabes por donde cogerlos, para que ahora le den a la ruleta virtual online».
Consultados extraoficialmente por nuestra baldía redacción, funcionarios y cargos casualmente investigados por la justicia en relación a sus tejemanejes con la Conselleria d’Educació, ven con muy buenos ojos esta novedosa iniciativa, razonando que los alumnos experimentarían la desigualdad de oportunidades antes de llegar a la vida adulta, por lo que este aprendizaje serviría de algún modo de preparación para un muy lejano futuro profesional donde la suerte sustituya de forma eficiente al esfuerzo personal y los líderes del mañana estén legitimados por una buena tirada de dados virtuales.