La cocina tex-mex y la cultura gastronómica xabiera se fusionan al fin con el visto bueno de las autoridades de cocina locales, aliviando la difícil situación en las cenas de los lunes debido a la desesperación de la ciudadanía al tener que cocinar «tots els dies».

Con ello parecen haberse atenuado las reticencias que, durante muchos años atrás, impedían el reconocimiento de este método de cocina-fusión, situación que sin duda ha cambiado por completo gracias a la presión de las nuevas generaciones y su negativa a seguir sofriendo los restos del cocido siguiendo los cánones de la receta de la ropa vieja.
La comunidad texano-mexicana residente en Jávea muestra sin embargo sus reservas respecto a los términos genéricos utilizados, observando numerosos casos en los que se empleaban tacos, quesadillas o burritos bajo la misma denominación de fajita, que por agravio comparativo sería como llamar de la misma forma al arroz a banda y al arròs amb fessols i nap.
Respecto a las fajitas, éstas pueden ser de harina de maíz o de trigo, y aunque puedes aventurarte a preparar por ti mismo la masa, se recomienda comprar fajitas precocinadas con tal de reducir el acto de cocinar al mínimo posible, limitándose a calentar los restos de puchero y tostar levemente las tortitas.