Las últimas tendencias en el equipamiento de las cocinas domésticas tienen un marcado enfoque en la optimización del tiempo libre, siendo las ollas de cocción lenta un fenómeno desconcertante cuando te das cuenta de que ya no tienes mucho más que hacer en la cocina.

Este ha sido el caso de una vecina de Jávea que recientemente adquirió una olla de cocción lenta bajo el reclamo de «apretar el botonet i desentendre’m», situación que no ha podido asimilar de forma coherente al tener que afrontar que todas las horas de la mañana las tuviera completamente libres.
Con poco más que hacer en casa, decidió salir a dar un paseo sin otro propósito que dejar pasar las horas de guiso restantes, lo cual llevó al cabo de un rato a inesperadas consecuencias de relajación extrema y pérdida de la noción del tiempo. «Tendria que haber-ho fet quan treballava», nos comenta la susodicha vecina, porque «així li haguera tret més profit».
Pese al incidente, cree que ha sido una experiencia positiva puesto que le ha permitido ampliar su percepción del paso del tiempo, interesándose incluso por teorías relativistas que, sin entrar en los detalles matemáticos, la ayudaran a comprender mejor las dinámicas del cocido-tiempo.